32 dólares es el coste que tendrá que asumir Foxconn para reponer cada uno de los iPhones con errores que Apple le ha devuelto. Se trata de terminales que tienen defectos en su apariencia y en las funciones internas del móvil, según un informe de China Business Journal recogido por la web ZDnet. Causas que impedían o perjudicaban al funcionamiento de los mismos.
De momento lo que recoge el medio es que el pasado 15 de marzo Apple devolvió a Foxconn 5 millones de dispositivos. Cantidad que podría ser finalmente bastante superior: hasta 8 millones de dispositivos. Por tanto, esos terminales defectuosos pueden suponer para la firma un coste de unos 256 millones de dólares. Es decir, dos tercios del beneficio generado por Foxconn en el 2012. Una cantidad muy significativa que tiene su impacto negativo para ambas compañías.
Durante el lanzamiento del iPhone 5 ya se especulaba sobre que esas prisas, para alcanzar las cifras de pedidos iniciales, podrían suponer a la larga problemas para los dispositivos. Algo que poco importaba. Apple tiene que sorprender y satisfacer la demanda de los fans de la firma, por encima de muchas otras cosas. Se juega el futuro. Un futuro que se ve amenazado, día tras día, por el auge que viven otros dispositivos con nuevas características y más prestaciones, como los Samsung Galaxy. Las tecnológicas se mueven deprisa para incorporar novedades y seguir consiguiendo clientes. Quizá por eso, no sorprende que el lanzamiento del nuevo iPhone 5S se retrase en el tiempo. Según «The Telegraph», la razón de aumentar la espera, es poder incorporar el lector de huellas dactilares como botón de «Home».
Parece que de todo se aprende y Apple comienza a aplicarse el dicho de «las prisas nunca son buenas». Más aún si se refiere a un producto que tiene tantas piezas que ensamblar, tantos chips, procesadores de última generación y demás. Entonces, la cosa se complica aún más. Quizá por ello, entre las primeras medidas estuvo que Apple y Foxconn compartieran los costes iniciales para mejorar las condiciones laborales en las fábricas chinas en donde se ensamblan los iPhone y iPad. Mejorar condiciones, ganar calidad y mejorar imagen. Todo en uno. Habrá que ver en cualquier caso qué dicen los usuarios ¿siguen fiándose de la firma que dirige Tim Cook o se pasan a la competencia? Uno de los primeros termómetros lo tendremos con las cuentas que al cierre del mercado publique la compañía.
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