190 euros les costará a los primeros 350 compradores el modelo de impresora 3D de la asiática Pirate3D. Para ello, busca una financiación colectiva por medio de Kickstarter.com. La empresa, cuya sede está en Singapur, reconoce que su objetivo es que cualquiera pueda tener una impresora 3D.
Buccaneer, a diferencia de las impresoras norteamericanas, cuenta con una aplicación Android y conexión Wifi para poder descargarse diseños de Internet. Además, esta impresora puede reproducir objetos de 25x25x25 centímetros de plástico ABS. Para que se hagan una idea del bajo precio, la polaca Zortraz vende sus impresoras a 1.899 dólares y la china PP3DP, de las más económicas, las venden por cerca de mil dólares.
Y es que la impresora 3D ya comienza a adentrarse en nuestra vida cotidiana. Para muestra un botón: Pirate3D se fijó como objetivo recaudar en un mes 100.000 dólares en Kickstarter. Hoy era el día de partida, y en dos horas ya tenían 140.000 dólares.
Las impresoras 3D
Las impresoras 3D realizan “impresiones” de diseños 3D. Crean piezas o maquetas a partir de un diseño hecho por ordenador. Hoy en día, su uso más común se da en la prefabricación de piezas para sectores como la arquitectura o el diseño industrial. Aunque, los avances más sonados se han dado en la medicina ya que este tipo de impresoras han logrado crear prótesis médicas.
Actualmente existen dos modelos comerciales: el de compactación, que es el que compacta por estratos una masa de polvo, y el de adición, en el que el propio material se añade por capas.